OBESIDAD
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Según el Instituto Nacional de Salud en el Perú: “el 69.9% de adultos entre hombres y mujeres padecen de sobrepeso y obesidad; seguidamente estos males afectan al 42.4% de jóvenes, al 32.3% de escolares, al 33.1% de adultos mayores y finalmente al 23.9% de adolescentes”1 y como consecuencia ha aumentado el riesgo de padecer diabetes mellitus II. Actualmente, esta enfermedad constituye uno de los problemas de salud pública más severas, debido a las complicaciones que se pueden llegar a producir. Se estima que en el mundo hay 171 millones de personas que tienen diabetes, y que para el año 2030 esta cifra aumentará a los 300 millones de personas
OBESIDAD
1. DEFINICIÓN
Según la OMS “El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.” La obesidad es una enfermedad crónica, de origen multifactorial y de alta prevalencia ; en la que el exceso de grasa corporal con respecto a lo que correspondería al sexo, talla y edad se ha acumulado a un grado en el que puede ser perjudicial para la salud en muchos aspectos, asociándose a enfermedades cardiovasculares. También influye en la disminución de calidad de vida y en el incremento de mortalidad.
La obesidad también es definida en el diccionario médico como una condición clínica producto de un excesivo peso corporal a expensas del acúmulo de tejido adiposo blanco. Desde el punto de vista antropométrico, se considera la existencia de obesidad cuando el índice de masa corporal (peso en kilogramos/talla en metros al cuadrado) supera los 30 kg/m2.
1.1. IMC
Según la OMS “El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).”El IMC nos indica el porcentaje de grasa corporal existente en el cuerpo.
La obesidad se puede medir mediante el IMC. Se calcula dividiendo el peso (kg) por el cuadrado de la estatura en metros. Por ejemplo, si un hombre o una mujer pesa 120 kilos y mide 1.65 metros, tiene el IMC igual a 44 (120 kg/1.65 x 1.65= 44). A nivel poblacional, el IMC ha demostrado una buena correlación entre la grasa corporal (no su distribución) y el riesgo para la salud.
2. CLASIFICACIÓN
2.1. Clasificación de acuerdo al exceso de peso corporal (OMS)
“En términos generales, el peso corporal se correlaciona directamente con la grasa corporal total, de manera tal que resulta un parámetro adecuado para "cuantificar" el grado de obesidad.”
En la práctica clínica es la primera herramienta utilizada para valorar el grado de sobrepeso. Ello se logra en base:
a) Tabla de Peso
En las tablas de peso usadas como referencia se tiene en cuenta el sexo, talla, raza y constitución física; las que fueron diseñadas por Compañías de Seguros de Vida; su uso ampliamente difundido se basa en la observación de diferencias notorias del riesgo de mortalidad entre grupos de individuos obesos con respecto a individuos de " peso deseable" para su edad y sexo. Como inconveniente, las tablas fueron confeccionadas para evaluar mortalidad y no morbilidad, y por otro lado no pueden ser extrapoladas de una población a otra.
b) Índices
El más comúnmente usado es el IMC o BMI calculado de la siguiente manera: IMC= Peso/ Talla2 (Anexo 1). Ventajas: • Se correlaciona en un 80% con la cuantía de tejido adiposo. • Se relaciona en forma directamente proporcional con el riesgo de morbilidad.
La OMS define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30.
Es muy preocupante cuando las personas llegan a tener una obesidad mórbida ya que constituye un grado extremo de exceso de peso, con un índice de masa corporal superior a 35-40 (IMC = peso en kg/talla en m2), lo que lleva a que el individuo posea una calidad de vida deficiente y tenga un riesgo elevado de sufrir complicaciones severas, especialmente cardiovasculares, respiratorias y metabólicas, que comprometen su expectativa de vida.
2.2. Clasificación de acuerdo a la distribución de la grasa corporal
2.2.1. Obesidad abdominal
La obesidad abdominal o androide (popularmente conocida como forma de manzana). El exceso de grasa de acumula en el abdomen, el tórax y la cara, es decir, en la parte superior del cuerpo. Está relacionada con la aparición de diabetes tipo 2 y con enfermedades del corazón.
2.2.2. Obesidad periférica
La obesidad periférica o ginoide (forma de pera). En este caso la grasa se concentra de la cintura para abajo, principalmente en los muslos y las caderas. Es muy frecuente en mujeres y no conlleva tanto riesgo cardiovascular como la obesidad abdominal. En cambio, aumenta las probabilidades de aparición de varices y artrosis de rodilla.
2.2.3. Obesidad homogénea
Cuando la grasa se distribuye uniformemente por todo el cuerpo (el acúmulo de tejido adiposo es uniforme por todas las regiones corporales).
3. Causas
“Tres factores básicos están implicados en el origen de la obesidad: genético, ambiental y el sedentarismo, y otros cuantitativamente menos importantes como los producidos por medicamentos o por distintas enfermedades.” Entre los factores asociados a la presencia del sobrepeso y obesidad se encuentran:
3.1. Genéticas
Al igual que otras entidades patológicas, donde existe un componente hereditario, es frecuente encontrar agregación familiar en distintos miembros, está claramente demostrada una tendencia familiar hacia la obesidad; casi siempre los niños obesos son hijos de padres obesos y llegan a la edad adulta siendo obesos. “El riesgo relativo (RR) de un niño para ser obeso cuando todos los demás miembros de su familia son obesos, es hasta de 27.5% en los varones y de 21.2% en las mujeres. Se han identificado diversos genes candidatos a la predisposición genética de padecer obesidad (gen de la pectina, gen del preceptor, gen de la proteína desacopladora y los genes reguladores de la secreción de insulina).” El tamaño de la familia es otro factor de riesgo importante para la obesidad infantil, pues la frecuencia de aparición de esta guarda una relación inversa con el número de hijos. El 19.4% de los hijos únicos son obesos, contra el 8.8% de los hijos de familias de más de cuatro hijos.
Por otro lado, condiciones asociadas con resistencia a la insulina tienen también un fuerte componente genético, tales como incremento de los triacilglicéridos, algún tipo de obesidad están escritas en el código genético, por lo que es posible postular un componente genético en el desarrollo de la obesidad, donde participan múltiples genes y su expresión es influida por 60 factores ambientales. Algunos autores han descrito que la obesidad es una enfermedad oligogénica. “Hasta el momento se han descrito 5 ó 6 mutaciones genéticas que causan obesidad y todas ellas comienzan en la infancia. Pero la predisposición parece estar causada por al menos 250 genes asociados a la obesidad que interactúan entre sí y con el medio ambiente.” Por otro lado los factores perinatales son trascendentes, como la obesidad materna durante el embarazo puede causar obesidad en el niño, debido a que la transferencia aumentada de nutrientes intraútero puede ocasionar cambios permanentes en la regulación apetito–saciedad en el feto. De la misma manera la desnutrición fetal produce cambios permanentes que inducen a la obesidad.
3.2. Ambientales
El ambiente abarca un rango de elementos físicos y sociales que constituyen la estructura de una comunidad, sin embargo, el papel que el ambiente juega es crucial en la génesis de la obesidad; creando un clima que promueve el consumo de energía e incentiva una reducción en el gasto de la misma. Por un lado, se tiene una alta oferta sensorial de alimentos; alimentos que son ricos en grasas y calorías. Porque hay una publicidad que induce a su consumo indiscriminado asociado a estímulos del placer hedónico obtenido a través de la comida.
Al mismo tiempo, la sociedad tiende a consumir alimentos procesados producidos a gran escala, que contienen altas cantidades de grasa y calorías, carecen de fibra y micro nutrimentos indispensables para el organismo. Estos factores a su vez, dependen de influencias sociales y ambientales que modifican la actitud de los individuos hacia la elección de alimentos poco saludables y disminución de su actividad física, características asociadas al incremento de la prevalencia de la obesidad en el mundo. Los mecanismos fisiológicos que regulan el peso corporal están directamente relacionados a la actividad física y la ingesta de alimentos, y estos a su vez, son influidos por los factores ambientales y sociales en los que se desenvuelve el individuo, pues con los avances de la tecnología, los medios de transporte, la automatización de los servicios, etc., se afecta negativamente los hábitos alimenticios y los patrones de actividad física que contribuyen a la ganancia de peso y al desarrollo de obesidad.
3.3. Sedentarismo
Las sociedades desarrolladas han evolucionado en pocos años de forma espectacular hacia el sedentarismo con múltiples razones que favorecen el mismo como: el uso del control remoto, el automóvil, la escalera mecánica, la inseguridad urbana, el ocio individual orientado al aislamiento, y el deporte como espectáculo no como actividad. La tendencia de acuerdo con los patrones de trabajo y de transporte hace que en general las personas sean menos activas y tengan actitudes más sedentarias.
La contraparte de esta disminución en la actividad física es el incremento en el tiempo de “actividad sin actividad física” frente al televisor, computadora o juegos de video; se ha demostrado una correlación positiva entre el tiempo de exposición al televisor y la magnitud de la adiposidad, el exceso de horas de televisión, está asociado a la exposición excesiva de ofertas alimentarias vinculadas a la presión publicitaria, que repercute en la disminución del gasto energético. La obesidad y la hipoactividad pueden surgir de estrés o duelo por ruptura de la unidad familiar, presiones o fracasos escolares o laborales. Con el incremento en el uso del vehículo, el teléfono, los vehículos de tracción motora, los ascensores, el control remoto o los servicios a domicilio, la actividad física cotidiana ha disminuido de forma sustancial, lo que ha conducido a disponer de más tiempo libre, que muchas veces se dedica a comer, lo que lleva, como consecuencia directa, a un aumento de peso.
4. Principales enfermedades vinculadas a la obesidad
4.1. Diabetes mellitus II
Es una enfermedad que se presenta en personas con predisposición genética y que generalmente llevan un estilo de vida "diabetogénicos" (alguno o varios: sedentarismo, obesidad, dieta opulenta, etc.). Cursa con un déficit relativo de insulina y resistencia de los tejidos periféricos a la acción de la insulina, lo que produce hiperglucemia.
4.2. Hipertensión arterial
“La hipertensión arterial (HTA) del adulto (≥18años), es una enfermedad crónica asintomática caracterizada por una elevación de presión arterial sistólica (PAS) mayor o igual a 140 mmHg y una presión arterial diastólica (PAD) mayor o igual a 90 mmHg, considerado problema de salud pública y un factor de riesgo cardiovascular.”
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud han determinado que una de las causas principales de la hipertensión arterial son los estilos de vida poco saludables que se adquieren a lo largo de la vida, especialmente en la etapa escolar, momento en el cual se definen conductas que repercutirían a lo largo de la vida. El adulto maduro (45 a 60 años) tiene estilos de vida no saludables que están relacionados con factores económicos, sociales y ambientales, lo que predispone a la ingesta excesiva de alcohol, ingesta de dieta no saludable, sedentarismo, y tabaquismo, conformando así el grupo etáreo con mayor incidencia de hipertensión arterial.
4.3. Cardiopatía
Según el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. “La cardiopatía es un tipo de enfermedad que afecta el corazón o los vasos sanguíneos. El riesgo de ciertas cardiopatías aumenta por el consumo de productos del tabaco, la presión arterial alta, el colesterol alto, una alimentación poco saludable, la falta de ejercicio y la obesidad. La cardiopatía más común es la cardiopatía coronaria (arterias coronarias estrechas u obstruidas), que a veces produce dolor de pecho, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular.” Otras cardiopatías son la insuficiencia cardíaca congestiva, los problemas del ritmo cardiaco, las cardiopatías congénitas (enfermedades cardiacas desde el nacimiento) y la endocarditis (inflamación de la capa interna del corazón). También se llama enfermedad cardíaca y enfermedad cardiovascular.
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